``NO HAY DIETA QUE PUEDA ELIMINAR TODA LA GRASA DE TU CUERPO, PORQUE EL CEREBRO SE COMPONE EN SU MAYORÍA DE GRASA. Y, SIN CEREBRO, QUIZÁ TENGAS UN ASPECTO SENSACIONAL, PERO NO PUEDES ASPIRAR A NADA APARTE DE A UN CARGO PÚBLICO'' - George Bernard Shaw

martes, 2 de septiembre de 2014

CONSEJOS DIETÉTICOS PARA TRATAR LA INSUFICIENCIA CARDÍACA

Hola a tod@s, se acabaron Agosto y las vacaciones. Damos comienzo a Septiembre y la vuelta a la rutina. Hoy retomo el blog con un interesante tema bastante frecuente entre las personas mayores de 65 años, se trata de la INSUFICIENCIA CARDIACA. A continuación hablaré acerca de esta afección y la influencia de una buena alimentación en su prevención. Espero os sea de interés:

INTRODUCCIÓN

La insuficiencia cardiaca es una condición en la cual el corazón NO PUEDE BOMBEAR LA CANTIDAD DE SANGRE que el cuerpo necesita. La insuficiencia cardiaca no significa que el corazón se ha detenido o va a dejar de funcionar, sino que indica que el corazón no puede bombear la sangre de la manera que debería hacerlo. Puede afectar uno o ambos lados del corazón. Por otro lado, el debilitamiento de la capacidad de bombeo del corazón provoca:
==> Acumulación de sangre y líquidos en los pulmones
==> Acumulación de líquido en los pies, los tobillos y las piernas (edema)
==> Cansancio y falta de aire

Las causas más comunes de insuficiencia cardíaca son la enfermedad arterial coronaria, presión arterial alta y diabetes. Es más común en personas mayores de 65 años, afroamericanos, personas con sobrepeso y personas que ya sufrieron un ataque cardíaco. Los hombres corren mayor riesgo que las mujeres.


TRATAMIENTO DIETÉTICO.

Existe un tratamiento dietético para las personas que padecen de insuficiencia cardíaca:
- Reducción de sal en la dieta.
- Reducción de grasas en la dieta.
- Bajada de peso (en caso de sobrepeso u obesidad).

Reducción de sal

La sal es necesaria en el organismo en pequeñas cantidades pero si se sobrepasa la cantidad adecuada se puede producir retención de líquidos que incrementaría el volumen de sangre circulante con un aumento de la presión arterial. Con el paso del tiempo esto puede producir un estrechamiento de la arterias y hacer que el corazón tenga una sobrecarga de trabajo. Tenemos que tratar de mantener una ingesta de sal por debajo de los 3 g al día (½ cucharilla de café). Estos 3 g de sal equivalen a 25 g de sodio, o lo que es lo mismo, 1.250 mg de sodio.

La forma mas fácil de reducir la sal en la dieta es no añadirla a los alimentos. Los productos frescos suelen tener un bajo contenido en sal, mientras que los alimentos precocinados suelen tener un contenido mayor. Los alimentos mas ricos en sal son (de mayor a menor contenido): sopas comerciales, bacalao salado, tocino de cerdo, caviar, pizzas, beicon, precocinados (croquetas, empanadillas...), queso azul, ketchup, jamón serrano, aceitunas, jamón cocido, queso manchego, patatas fritas comerciales, frutos secos, embutidos. También debemos tener en cuenta el contenido de sodio del agua mineral embotellada, leer atentamente las etiquetas y seleccionar aquellas de mineralización muy débil que contengan menos de 5 mg de sodio por litro.

Podemos utilizar alimentos saborizantes (zumo de limón, hierbas, especias aromáticas) como sustitutos de la sal para hacer más sabrosos los platos. Las carnes combinan bien con el laurel, nuez moscada, pimienta, salvia, tomillo, ajo, cebolla, orégano, romero; los pescados con el curry en polvo, eneldo, mostaza, zumo de limón, pimienta y los vegetales con el romero, salvia, eneldo, canela, estragón, albahaca, perejil...

Una estrategia recomendable para reducir el consumo de sodio es evitar los alimentos que por su técnica culinaria requieran el uso de sal, como los encurtidos, adobos, salazones, salmueras y ahumados.

Reducción de la grasa

Un exceso de grasa saturada, grasa trans y colesterol puede acumularse en los vasos sanguíneos obstruyendo el paso de la sangre e impidiendo su correcta circulación. Por eso tenemos que evitar aquellos alimentos que contengan abundante grasa saturada, grasa trans y colesterol. Por ejemplo, los lácteos enteros (sustituirlos por lácteos desnatados), mantequilla (sustituir por aceite de oliva virgen), carnes grasas (sustituir por carnes magras con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel), embutidos, yema de huevo, fritos comerciales y la bollería industrial. Otra forma de disminuir el aporte graso es elegir métodos de cocinado que utilicen poca o ninguna grasa, como el horno, la plancha, la parrilla, el microondas, el asado o la cocción al vapor.

Reducción de peso

Es muy importante mantenernos en un normopeso (IMC = 18,5 - 24,9 kg/m2). Para acercarnos al normopeso debemos seguir una alimentación equilibrada y variada acompañada de ejercicio físico. En algunas ocasiones nos podemos encontrar con un exceso o con un déficit de potasio por el uso de diuréticos u otros medicamentos. En estos casos es importante saber qué alimentos son ricos en potasio. Por ejemplo, las frutas y verduras, sobre todo el kiwi, el plátano y el tomate.

Estas recomendaciones deben acompañarse de otros hábitos de vida saludables como son:
- Evitar el consumo de alcohol y de tabaco.
- Controlar el peso.
- Mantenerse activo realizando ejercicio físico según las recomendaciones y limitaciones indicadas por el médico.

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