En primer lugar, vamos a definir a término general qué es la diabetes.
Se trata de una enfermedad caracterizada por un déficit relativo o absoluto de secreción de insulina por las células beta del páncreas. Esta es una hormona anabolizante que actúa en el metabolismo de todos los nutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas).
Su función principal es la de favorecer la incorporación de la glucosa sanguínea a las diferentes células insulinosensibles (músculo, hígado y tejido adiposo) del organismo, dónde actúa como fuente de energía. Gracias a ella la glucosa que no se ha utilizado se almacena en forma de glucógeno en el hígado y en el músculo y la que se encuentra en exceso se transforma en grasa. La insulina es una hormona hipoglucemiante, es decir, su función es disminuir la glucosa en sangre. En los diabéticos la secreción de insulina es inferior y no se eleva adecuadamente después de la ingesta de glúcidos en las comidas (por tanto estos se encuentran elevados en sangre).
Existen 3 tipos de diabetes:
- Diabetes tipo I que suele aparecer en la niñez y se caracteriza porque hay una destrucción de las células beta del páncreas con DÉFICIT ABSOLUTO de insulina (menos del 10% de los afectados por la diabetes padecen este tipo).
- Diabetes mellitus tipo II que suele aparecer después de los 40 años y está asociada a la obesidad y el sedentarismo (aquellas personas que la padecen presentan resistencia a la insulina)
- Diabetes gestacional, que es temporal y se produce a causa de la hormona placentaria durante el embarazo, que tienen a elevar la glucemia de la madre, sobre todo si hay antecedentes en la familia de diabetes o padecen sobrepeso.
¿Cómo se diagnostica la diabetes?
Bien, el dato más fiable para su diagnóstico es el aumento de glucosa en sangre (es preferible medirla en ayunas).
- Cifras por debajo de 110 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas se consideran cifras NORMALES.
- Cifras por debajo de 65 mg/dl de glucosa en sangre nos daría un diagnóstico de HIPOGLUCEMIA.
- Cifras superiores a 126 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas y en más de una ocasión, se considera que hay DIABETES.
- Cuando la glucemia está por encima de 180 mg/dl el riñón no puede impedir que pase a la orina y aparece la llama GLUCOSURIA.
¿Cómo tratar una hipoglucemia?
Bien deciros que las hipoglucemias se producen normalmente a causa de sobredosis de insulina o de hipoglucemiantes orales, también son muy comunes los errores dietéticos tales como saltarse alguna comida o consumir alcohol, de un exceso de actividad física sin haber tomado un suplemento de glúcidos o sin haber disminuido la insulina. Cuando ésto ocurre se ponen en marcha diferentes mecanismos de compensación por parte de nuestro organismo a través de la secreción de hormonas hiperglucemiantes y si estos mecanismos son inútiles se puede ver seriamente afectado el cerebro del diabético por la aparición de un coma hipoglucémico (que son lesiones graves e irreversibles en el cerebro).
Los primeros síntomas de hipoglucemia que aparecen son la sensación de hambre, cefalea (dolor de cabeza), sudoración fría y hormigueos. También puede haber otros más graves como la dificultad para pensar o hablar,visión borrosa, comportamientos extraños, adormecimientos y mareos.
Para tratarla se deben administrar de 10 a 15 gramos de hidratos de carbono simples de absorción rápida. Un ejemplo de ello son 100cc de zumo de fruta natural o de bebida azucarada (no light), 2 terrones de azúcar o 200cc de leche desnatada, y si en 10 – 15 minutos no han desaparecido los síntomas, se debe volver a repetir otra vez el mismo procedimiento.
Una vez ya superada la hipoglucemia, se deben administrar 10 gramos de hidratos de carbono de acción más prolongada para que no vuelvan a aparecer los síntomas, por ejemplo: 20 gramos de pan, 3 galletas tipo maría, un vaso de leche entera, 2 yogures naturales o una pieza de fruta natural.
Puede ocurrir que el descenso de glucosa sea muy prolongado dando lugar a la pérdida de conciencia, si ésto ocurriese está totalmente prohibido ofrecer alimentos o líquidos por boca y se debe inyectar rápidamente GLUCAGÓN INTRAMUSCULAR O SUBCUTÁNEO.
¿Qué relación existe entre el ejercicio físico y la salud del diabético?
El ejercicio físico forma parte del tratamiento integral de la diabetes, siempre que sea regular y adaptado a las posibilidades de cada persona. Sin embargo, cuando el diabético está descompensado o presenta alguna complicación, el ejercicio puede aumentar más la glucemia y la cetoacidosis.
Por otro lado, La Asociación Americana de Diabétes (ADA) recomienda:
- Evitar el ejercicio muy intenso en los picos de máxima acción de la insulina.
Se trata de una enfermedad caracterizada por un déficit relativo o absoluto de secreción de insulina por las células beta del páncreas. Esta es una hormona anabolizante que actúa en el metabolismo de todos los nutrientes (hidratos de carbono, grasas y proteínas).
Su función principal es la de favorecer la incorporación de la glucosa sanguínea a las diferentes células insulinosensibles (músculo, hígado y tejido adiposo) del organismo, dónde actúa como fuente de energía. Gracias a ella la glucosa que no se ha utilizado se almacena en forma de glucógeno en el hígado y en el músculo y la que se encuentra en exceso se transforma en grasa. La insulina es una hormona hipoglucemiante, es decir, su función es disminuir la glucosa en sangre. En los diabéticos la secreción de insulina es inferior y no se eleva adecuadamente después de la ingesta de glúcidos en las comidas (por tanto estos se encuentran elevados en sangre).
Existen 3 tipos de diabetes:
- Diabetes tipo I que suele aparecer en la niñez y se caracteriza porque hay una destrucción de las células beta del páncreas con DÉFICIT ABSOLUTO de insulina (menos del 10% de los afectados por la diabetes padecen este tipo).
- Diabetes mellitus tipo II que suele aparecer después de los 40 años y está asociada a la obesidad y el sedentarismo (aquellas personas que la padecen presentan resistencia a la insulina)
- Diabetes gestacional, que es temporal y se produce a causa de la hormona placentaria durante el embarazo, que tienen a elevar la glucemia de la madre, sobre todo si hay antecedentes en la familia de diabetes o padecen sobrepeso.
¿Cómo se diagnostica la diabetes?
Bien, el dato más fiable para su diagnóstico es el aumento de glucosa en sangre (es preferible medirla en ayunas).
- Cifras por debajo de 110 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas se consideran cifras NORMALES.
- Cifras por debajo de 65 mg/dl de glucosa en sangre nos daría un diagnóstico de HIPOGLUCEMIA.
- Cifras superiores a 126 mg/dl de glucosa en sangre en ayunas y en más de una ocasión, se considera que hay DIABETES.
- Cuando la glucemia está por encima de 180 mg/dl el riñón no puede impedir que pase a la orina y aparece la llama GLUCOSURIA.
¿Cómo tratar una hipoglucemia?
Bien deciros que las hipoglucemias se producen normalmente a causa de sobredosis de insulina o de hipoglucemiantes orales, también son muy comunes los errores dietéticos tales como saltarse alguna comida o consumir alcohol, de un exceso de actividad física sin haber tomado un suplemento de glúcidos o sin haber disminuido la insulina. Cuando ésto ocurre se ponen en marcha diferentes mecanismos de compensación por parte de nuestro organismo a través de la secreción de hormonas hiperglucemiantes y si estos mecanismos son inútiles se puede ver seriamente afectado el cerebro del diabético por la aparición de un coma hipoglucémico (que son lesiones graves e irreversibles en el cerebro).
Los primeros síntomas de hipoglucemia que aparecen son la sensación de hambre, cefalea (dolor de cabeza), sudoración fría y hormigueos. También puede haber otros más graves como la dificultad para pensar o hablar,visión borrosa, comportamientos extraños, adormecimientos y mareos.
Para tratarla se deben administrar de 10 a 15 gramos de hidratos de carbono simples de absorción rápida. Un ejemplo de ello son 100cc de zumo de fruta natural o de bebida azucarada (no light), 2 terrones de azúcar o 200cc de leche desnatada, y si en 10 – 15 minutos no han desaparecido los síntomas, se debe volver a repetir otra vez el mismo procedimiento.
Una vez ya superada la hipoglucemia, se deben administrar 10 gramos de hidratos de carbono de acción más prolongada para que no vuelvan a aparecer los síntomas, por ejemplo: 20 gramos de pan, 3 galletas tipo maría, un vaso de leche entera, 2 yogures naturales o una pieza de fruta natural.
Puede ocurrir que el descenso de glucosa sea muy prolongado dando lugar a la pérdida de conciencia, si ésto ocurriese está totalmente prohibido ofrecer alimentos o líquidos por boca y se debe inyectar rápidamente GLUCAGÓN INTRAMUSCULAR O SUBCUTÁNEO.
¿Qué relación existe entre el ejercicio físico y la salud del diabético?
El ejercicio físico forma parte del tratamiento integral de la diabetes, siempre que sea regular y adaptado a las posibilidades de cada persona. Sin embargo, cuando el diabético está descompensado o presenta alguna complicación, el ejercicio puede aumentar más la glucemia y la cetoacidosis.
Por otro lado, La Asociación Americana de Diabétes (ADA) recomienda:
- Evitar el ejercicio muy intenso en los picos de máxima acción de la insulina.
- Inyectar insulina en zonas no activadas por el ejercicio, esto se refiere a que si se va a practicar natación, se debe evitar inyectar insulina en los brazos, o si se va a correr se debe evitar hacerlo en las piernas.
- Realizar glucemias capilares antes, durante y después del ejercicio físico (incluso por la noche).
- La glucemia segura para realizar ejercicio se encuentra entre 100 y 250 mg/dl. Si es inferior a 100 mg/dl el paciente debe tomar alimentos indicados para evitar la hipoglucemia y si es superior a 250 mg/dl debe verificar que hay cetosis (en caso de cuerpos cetónicos positivos hay que poner suplementos de insulina y no realizar ejercicio hasta que se negativicen y la glucemia sea inferior a 250 mg/dl).
Se recomiendan actividades de tipo aeróbico. Sin embargo, para los pacientes que presentan una retinopatíaproliferativa diabética (RPP) activa, la actividad física extrema puede desencadenar una hemorragia vítrea o un desprendimiento de retina. Estas personas deben evitar el ejercicio anaeróbico y el que involucre esfuerzos. Al igual ocurre con los pacientes con nefropatía incipiente (microalbuminuria >20 mg/min excreción de albúmina) o con nefropatía evidente (>200 mg/min) que se les aconseja evitar todas aquellas actividades físicas que aumenten la tensión arterial (levantamiento de pesas, ejercicios aeróbicos de elevada intensidad).
Por último, los diabéticos con hipertensión arterial deben evitar el levantamiento de pesas con cargas máximas o ejercicios que requieren tomar y retener aire en los pulmones. Son recomendables ejercicios dinámicos utilizando grandes grupos musculares (caminar, ciclismo) a intensidad moderada.
Podéis realizarme cualquier consulta y/o duda sobre este u otros temas a través del correo electrónico. O si queréis que trate algún tema en particular en la próxima entrada también podéis hacer las convenientes sugerencias.
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