En la entrada de hoy trataré el tema de la cirugía abdominal y bariátrica, ambas muy frecuentes entre la población española. Hablaré acerca de los distintos tipos dietas a seguir por los pacientes que han sido sometidos a estas intervenciones. Espero os sea de interés.
1. CIRUGÍA ABDOMINAL
a. Dieta preoperatoria:
1. CIRUGÍA ABDOMINAL
a. Dieta preoperatoria:
El periodo de ayuno de 7-8 horas previo a una intervención quirúrgica abdominal bajo anestesia general, puede ir precedido de una dieta normal. No obstante, en cirugía del tracto gastrointestinal, es recomendable restringir la ingesta de alimentos que aportan residuos.
En pacientes de cirugía del colon, es preferible una dieta líquida sin residuos. En casos de cirugía abdominal en pacientes con importante pérdida de peso y/o alteraciones inmunológicas, sería conveniente la administración durante siete días antes de una dieta hiperproteica, recurriendo si es necesario a la utilización de suplementos.
b. Dieta postoperatoria:
Se administran las dietas de progresión, que van desde la dieta líquida, pasando por la semilíquida y semiblanda, hasta llegar a la dieta blanda y dieta basal. El ritmo de progresión de una a otra depende del tipo de intervención y de la respuesta individual. Con el objetivo de evitar deplecciones importantes de nutrientes en el organismo se iniciará, lo antes posible, la alimentación oral del paciente en el postoperatorio.
En general, la ingesta oral de dieta líquida se iniciará en cuanto se haya puesto en funcionamiento el peristaltismo intestinal (ruidos peristálticos y movimiento de gases). Si aparece intolerancia, distensión abdominal o retortijones se interrumpirá la alimentación o se pasará a un nivel inferior de dieta de progresión.
Cuando se trate de pacientes con indicación de nutrición artificial (malnutrición, incapacidad de comer adecuadamente, periodo postoperatorio largo, etc.) se instaurará una nutrición parenteral o enteral. En relación a la instauración de nutrición artificial en el postoperatorio de cirugía abdominal y cuando se prevé que éste va a ser largo conviene la colocación de una sonda nasoyeyunal durante la intervención quirúrgica, para la administración precoz de N.E. Incluso, puede ser beneficiosa la realización de una yeyunostomía de alimentación si las maniobras anteriores no son posibles.
2. CIRUGÍA BARIÁTRICA
Los cambios que produce este tipo de cirugía (gastroplastia vertical anillada o bypass gástrico) son tan importantes que resulta imprescindible una explicación detallada al paciente del efecto de esta intervención antes de su realización.
a. Objetivo del tratamiento dietético:
– En la fase postoperatoria inicial: se debe facilitar la pérdida de peso y prevenir el desarrollo de deficiencias nutricionales debidas a la ingesta reducida y/o malabsorción.
– A largo plazo: Mantener un peso correcto mediante una alimentación y estilo de vida adecuados y diagnosticar o corregir las deficiencias nutricionales debidas a la disminución de la ingesta y/o malabsorción.
b. Insuficiencia nutricional:
Tanto la gastroplastia vertical como la derivación gástrica pueden provocar insuficiencia nutricional. Los pacientes están caracterizados por una deficiencia de la ingesta de proteínas que va a ser producida por intolerancia a las carnes rojas y a la leche. Por ello, estos pacientes pueden beneficiarse de la administración de suplementos nutricionales comerciales. También van a tener insuficiencia de vitaminas y minerales ocasionados por una malabsorción de hierro, folato, vitamina B12, por tanto estos pacientes deben ingerir diariamente suplementos multivitamínicos. En los casos de derivación gástrica puede ser necesario la administración de vitamina B12 y calcio en inyecciones mensuales.
c. Recomendaciones dietéticas:
– La progresión de la dieta es semejante a la recomendada para la dieta postoperatoria de la cirugía general. La dieta deberá progresar de líquidos a purés, luego a dieta blanda hasta alcanzar la dieta normal, lo que suele ocurrir a partir de la 12ª semana del postoperatorio.
– Los líquidos deben ingerirse entre las comidas y no con ellas, para evitar el aceleramiento del vaciamiento del reservorio. Es recomendable la ingesta de al menos unas 6 tazas de líquido al día.
– El alimento debe ingerirse a pequeños bocados y beber despacio. Es recomendable comer 3-6 veces al día.
– Deben evitarse los alimentos ricos en grasas, fibra o azúcar y los de difícil masticación.
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