¿QUÉ ES EL ACNÉ?
El acné es una enfermedad que afecta las glándulas sebáceas. Los pequeños hoyos en la piel se llaman poros y se conectan a las glándulas sebáceas por debajo de la piel. Estas glándulas producen una sustancia grasosa llamada sebo. Los poros se conectan a estas glándulas a través de un canal que se llama folículo y, dentro de los folículos, el sebo transporta las células de la piel muerta a la superficie de la piel.
La llegada de la adolescencia con sus consecuentes cambios hormonales predispone la aparición del acné, todo ello producido por el sistema endocrino. De ahí, podemos deducir, la importancia endocrina en este aspecto, y cómo los precursores hormonales de la dieta, los cambios fisiológicos que nos provocan los nutrientes y algunas situaciones especiales como el embarazo, pueden producirlo.
¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA APARICIÓN DEL ACNÉ?
No se conoce la causa exacta del acné. Algunos de los factores que pueden causarlo son:
· El aumento hormonal durante la adolescencia
· Los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo
· Comenzar o dejar de tomar píldoras anticonceptivas
· Los factores hereditarios (si sus padres tuvieron acné, usted también lo puede tener)
· Ciertos medicamentos.
· Un maquillaje grasoso.
¿QUÉ RECOMENDACIONES HAY PARA FRENAR EL ACNÉ?
El tratamiento médico del acné incluía el consejo dietético, que hablaba de evitar un consumo excesivo de carbohidratos o grasas, en especial de aquellas comidas ricas en azúcar, por lo que era muy común prescindir del consumo de dulces, bebidas azucaradas o chocolate. Esta hipótesis ganaba fuerza, ya que se descubrió que las personas que padecían acné tenían intolerancia parcial a la glucosa, una especie de resistencia a la insulina.
ALIMENTACIÓN Y ACNÉ
Influencia de los lácteos en el acné:
Desde que empezó a estudiarse esta relación, se encontró una relación entre el consumo de leche (en especial desnatada) y el acné. La explicación que daban los autores era que la leche contiene precursores de la testosterona (sustancias que utiliza nuestro cuerpo para sintetizar esta hormona), contribuyendo a la producción de sebo. También, estudios prospectivos han encontrado relación entre acné y consumo de lácteos; de manera que puede entreverse que no son los macro-nutrientes (grasa) de la leche en sí los que producen el acné, como muchos de vosotros pensáis, sino los precursores hormonales, los que pueden mediar la producción de sebo, ya que no se encuentra relación entre los macro-micronutrientes (grasa, vitamina A) con el acné.
Hidratos de carbono y acné:
Existe menos prevalencia de acné en las sociedades no occidentalizadas y una de las diferencias es la dieta, haciendo mención al Índice Glucémico (velocidad con la que se digieren los azúcares) y la Carga Glucémica (velocidad y cantidad de digestión de los azúcares de los alimentos).
La dieta occidentalizada es de alta Carga Glucémica (dulces, cereales refinados y azúcares simples). La hipótesis fisiológica se basa en que una dieta así, produciría una cascada hormonal que desencadenaría una producción de sebo en la piel.
La mejor evidencia parece darse en dos estudios recientes, donde sujetos con una dieta de una baja Carga Glucémica tenían menos acné. Esta dieta se conseguía mediante un aumento en la cantidad de proteína al 25% y sustituyendo los hidratos de carbono simples por complejos (legumbres, cereales integrales y fruta).
Un aspecto que hay que tener en cuenta es que, aunque los alimentos que se elijan sean los de baja Carga Glucémica (legumbres, cereales integrales, frutas…), es difícil predecir la respuesta que nos producirán en la glucemia de nuestro organismo. Esto se debe a que cuando se calcula el Índice Glucémico o la Carga Glucémica de un alimento se hace de manera aislada, sin embargo, cuando los ingerimos se hace con comidas mixtas, de ahí que existan variaciones.
¿El chocolate produce acné?
Probablemente la gran pregunta que se hace todo el mundo. Un estudio antiguo que se hizo en los 60, administró al grupo intervención 10 veces más chocolate que al grupo control en una barrita. Tras un mes, no se encontraron diferencias entre los dos grupos. Muchas de las observaciones que se ponen a este estudio señalan que en aquella década no era común encontrar chocolate con leche, que al parecer si tenía una clara relación con el acné.
Se puede deducir por tanto que, el cacao en sí no supone la aparición de granos, sino que son nutrientes lácteos que pueda contener o el mismo azúcar añadido.
Otros nutrientes:
Se ha estudiado la posible relación de minerales como el Zinc, el Yodo y algunas vitaminas antioxidantes con la reducción del acné; sin embargo aún no hay estudios concluyentes que confirmen este efecto reductor.
Lo mismo pasa con la fibra, parecen encontrarse beneficios pero pueden estar producidos por la variación en el índice glucémico, ya que los alimentos ricos en fibra suelen permitir que los hidratos de carbono se absorban más lentamente. De esta manera el motivo podría deberse a la reducción del índice glucémico y no a la fibra en sí misma.
Los ácidos grasos omega-3 intervienen en procesos inflamatorios en nuestro organismo. Se especula que un consumo de alimentos ricos en omega-3 podría contribuir a la reducción de la inflamación y por tanto a la producción de acné. Sin embargo, su relación terapéutica no está muy bien definida y no parece clara todavía.
Otras variables además de la dieta:
Por otro lado, no se ha encontrado relación entre la exposición al sol y la poca higiene con un aumento de la incidencia de acné; tampoco parece clara la relación con el consumo de tabaco. Además de los factores genéticos, la dieta parece ser un factor determinante en la gravedad de los síntomas.
Conclusiones:
Estudios y revisiones señalan a la Carga Glucémica y al consumo de lácteos como factores clave en la severidad de los síntomas del acné..
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA COMBATIR EL ACNÉ:
- No se debe realizar ninguna acción precipitada y comprometer la salud con cambios bruscos en la dieta, sobre todo teniendo en cuenta que el acné se sufre en la etapa de la adolescencia donde los patrones físicos tienen una gran presión social.
- Los lácteos son un grupo de alimentos fundamental durante la adolescencia. Reducir su consumo podría ayudar a la sintomatología del acné, pero debemos asegurarnos de compensar este cambio con alimentos que aporten los mismos nutrientes; en el caso del Calcio pueden ser legumbres, sésamo o frutos secos.
- Es preferible reducir la Carga Glucémica de la dieta intentando sustituir los alimentos refinados por integrales, incorporando frutas, verduras y legumbres en vez de cereales, dulces y bollería.
Los ácidos grasos omega-3 intervienen en procesos inflamatorios en nuestro organismo. Se especula que un consumo de alimentos ricos en omega-3 podría contribuir a la reducción de la inflamación y por tanto a la producción de acné. Sin embargo, su relación terapéutica no está muy bien definida y no parece clara todavía.
Otras variables además de la dieta:
Por otro lado, no se ha encontrado relación entre la exposición al sol y la poca higiene con un aumento de la incidencia de acné; tampoco parece clara la relación con el consumo de tabaco. Además de los factores genéticos, la dieta parece ser un factor determinante en la gravedad de los síntomas.
Conclusiones:
Estudios y revisiones señalan a la Carga Glucémica y al consumo de lácteos como factores clave en la severidad de los síntomas del acné..
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA COMBATIR EL ACNÉ:
- No se debe realizar ninguna acción precipitada y comprometer la salud con cambios bruscos en la dieta, sobre todo teniendo en cuenta que el acné se sufre en la etapa de la adolescencia donde los patrones físicos tienen una gran presión social.
- Los lácteos son un grupo de alimentos fundamental durante la adolescencia. Reducir su consumo podría ayudar a la sintomatología del acné, pero debemos asegurarnos de compensar este cambio con alimentos que aporten los mismos nutrientes; en el caso del Calcio pueden ser legumbres, sésamo o frutos secos.
- Es preferible reducir la Carga Glucémica de la dieta intentando sustituir los alimentos refinados por integrales, incorporando frutas, verduras y legumbres en vez de cereales, dulces y bollería.
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